El paranja era una prenda femenina tradicional que usaban las mujeres en los países musulmanes y que cubría completamente sus cuerpos. Se trataba de un amplio manto con mangas falsas que ocultaba la cara y el cabello principalmente. Tenía un orificio para los ojos, que a su vez llevaba una malla a través de la cual la mujer podía ver. La mayoría de las mujeres que usan esta prenda viven en el Medio Oriente y Asia Central.
El paranja se usó por primera vez en el antiguo Egipto y tiempo después en los países islámicos. Inicialmente, este manto lo utilizaban tanto los hombres como las mujeres para protegerse del sol abrasador y de los fuertes vientos del desierto. A finales del siglo XIX, solo las mujeres musulmanas comenzaron a usar el manto con el objetivo de preservar su honor y evitar miradas indiscretas.
En la sociedad, las mujeres árabes solo pueden mostrar su rostro y no siempre de forma completa, sino solo sus ojos. Lo mismo ocurre con las manos y los pies. Es por esta razón que su vestimenta tradicional es muy cerrada.
El paranja debe estar hecho de telas densas y ocultar la figura, por lo que no debe quedar ajustado al cuerpo, además, no se debe impregnar con ningún tipo de perfume.